LOS CUENTOS DE CARRASQUELITO

Desde los años 50 entró en los corazones de los venezolanos para no abandonarlos jamás, Alfonso “Chico” Carrasquel, el pelotero, la personalidad, el hombre con la palabra fácil, la anécdota voraz, la popularidad hecha persona.   No es fácil describir el sentimiento del venezolano por su ídolo, porque es algo que va mas allá de la simple admiración, es un cariño familiar que se ganó Carrasquel por su don de gente.

Recuerdo haberlo conocido en un evento en el hotel Hilton de Barquisimeto en los años 90 y haberme quedado con la impresión de que todo lo que había vivido ese hombre, ya entrado en años, fama, dinero, éxito, no habían debilitado su sencillez.


Son inolvidables sus anécdotas, sus reflexiones, como aquella de que a pesar de no dominar el idioma se ganó un puesto en el beisbol de los Estados Unidos porque ni la pelota ni el bate hablan ingles.
Viene a mi mente un cuento maravilloso que narraba una y otra vez y nunca me cansaba de escuchar en cuanta entrevista le hacían. Resulta, cuenta el Chico, que estando en Caracas, una noche sale a disfrutar del nightclub de moda con Susana Duijm y César Girón, estaciona su lujoso Cadillac convertible frente al establecimiento y un agente del orden público lo invita a moverlo puesto que está aparcado en un lugar prohibido. Carrasquelito se dirige al policía y en un intento por impresionarlo le pregunta:
-       Tu sabes quién es la dama que me acompaña?
Y el policía responde:
-       No, no lo sé
-       Ella es Susana Duijm, la mujer mas bella del mundo, le dice indignado en voz alta el Chico
-       Y tu sabes quién es este caballero que viene conmigo? Pregunta de nuevo el pelotero
Y el pobre hombre impresionado y casi con pena responde:
-       No lo sé
-       El es César Girón, el mejor torero del mundo, con voz mas alta contestó Carrasquel.
-       Para cerrar su espectáculo y ya con gente acercándose a observar la conversación, pregunta Carrasquel al policía
-       Y tu sabes quién soy yo?
-       No lo conozco señor, contesta el policía
-       Yo soy el Chico Carrasquel, el mejor short stop del mundo.
Las tres celebridades entran al local a disfrutar de una noche llena de diversiones propias del lugar y al salir, ya entrada la noche, se dirigen al lujoso automóvil, en el asiento, contaba el Chico casi sin poder contener la risa, hallábase la respectiva boleta de infracción, contentiva de la descripción de la falta y del monto a cancelar, la firma del agente y a pie de página la frase: EL MEJOR POLICIA DEL MUNDO..!   



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