El casabe no es más que la muy ingeniosa respuesta de las tribus que habitaban las a las orillas del Orinoco a la peligrosa y amarga yuca. Una elaborada torta hecha con elementos rudimentarios que revive de sus cenizas en nuestros días. El pan del oriental no es necesariamente muy bien visto en el resto de Venezuela, sin embargo esa necia intransigencia se ha ido debilitando con las combinaciones cada día más globalizadas, como está de moda decir. No le teman al casabe, que lejos de quedarse estancado entre caratos y recuerdos de viajes, ha salido en búsqueda de una nueva identidad.
Personalmente me gusta de varias maneras, pero voy a recomendarles dos para quienes se inician en la degustación del antiguo elemento.
Unten la torta de casabe con mantequilla, rocíenla con queso parmesano recién rallado y llévenla al horno por 5 minutos, me lo van a agradecer. La segunda es para los amantes del dulce. Calienten la torta de casabe por unos minutos en el horno, una vez fuera, úntenla con un queso de cabra blando y coloquen un cascos de guayaba sobre el queso. Procuremos no hacer concesiones de calidad con los ingredientes y los resultados serán óptimos.
Importante es saber que la FAO, que es la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, menciona a la yuca como el alimento más importante para lograr la erradicación del hambre en el planeta.
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