COMIENDO CON EL ENEMIGO "MOCTEZUMA RECIBE HERNÁN CORTÉS"

Tradicionalmente la mesa ha sido lugar de encuentro, pero no necesariamente a través de la historia estos encuentros se han realizado entre entrañables amigos, muchas veces se han sentado a compartir el pan elementos de bandos opuestos. A partir de esta entrega comienza nuestra serie "Comiendo con el Enemigo", con la intención de hacer referencia a históricas reuniones alrededor de la mesa sostenidas por célebres personajes antagónicos.

Litografía del encuentro entre
 Hernán Cortés y Moctezuma Xocoyotzin.
 
En los primeros meses de 1.519 Hernán Cortés hace pie en las playas de Chalchihuecan, lo que es hoy Yucatán, México, la noticia camina rápido y llega algunos días después a los reales oídos del tlatoani Moctezuma Xocoyotzin.
Moctezuma hace buenos para el conquistador una serie de regalos enviados con importantes emisarios de la sociedad mexica, la intención del veterano gobernante es evitar que los españoles se acerquen a la extraordinaria Tenochtitlán, sin embargo la belleza y exhuberancia de los presentes no hizo más que alimentar la ambición de los insaciables visitantes y aumentar los ya enormes deseos de conocer la ciudad sobre el lago. Conociendo la potencia militar de los conquistadores no le quedó otra alternativa a Moctezuma que invitar a Cortés a compartir la mesa en Tenochtitlán, el conquistador aceptó la invitación con la condición de que le acompañaran sus más de 400 hombres y una vez aceptado se programó la comida para el 8 de noviembre de 1.519.
Debió haber sido maravillosa para los visitantes su entrada a Tenochtitlán, la belleza de sus edificios, el colorido de las vestimentas pero sobre todo la variedad del mercado mexica.
La mesa del tlatoani estaba conformada por cerca de 400 platillos donde sobresalían gran variedad de moles, elaborados con una extraordinaria cantidad de chiles, el maíz, guajolote entre otros deliciosos productos propios del nuevo mundo.
Durante la comida Moctezuma entendió la imposibilidad de enfrentarse al conquistador que no hacía más que  interrogarle acerca de la ubicación de las reservas de oro del imperio e imponer condiciones para quedarse en Tenochtitlán.
Luego de disfrutar los manjares de la mesa mexica se convino que Cortés junto a sus hombres y algunos miles de Tlaxcaltecas fuesen alojados en el palacio de Axayácatl, el resto es historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

TOP 10 DEL BLOG