Yogi Berra |
“Yo nunca dije la mayoría de las
cosas que dije”, ese es el tipo de frases que nos dejó Yogi Berra, redundantes,
contradictorias y aparentemente sin sentido pero llenas de la filosofía de uno
de los grandes peloteros de la historia y tal vez el más exitoso.
Yogi Berra participó en catorce Series
Mundiales detrás del plato con los Yankees de New York, un número
extraordinario dado que hay gran cantidad de estrellas del juego que tuvieron
extensas y rendidoras temporadas y jamás jugaron un clásico de octubre.
El receptor de los mulos de
Manhattan fue electo jugador más valioso de la Liga Americana en tres
oportunidades, fue seleccionado al Juego de Estrellas quince veces y ganó diez
anillos de Serie Mundial.
Su personalidad sencilla se puso
de manifiesto en todas las facetas de su vida, era conversador y poseedor de un
extraordinario humor, cuentan que en una oportunidad llegó al Vaticano a
conocer al Papa Juan XXIII y lo saludó con un simple “hola Papa” al que Su
Santidad respondió “hola Yogi”.
Berra era conocido por hacerle
swing y conectar con notable éxito pelotas fuera de la zona de strike, “Si se
pueden conectar, entonces son bolas buenas”, decía.
La vida después del béisbol para
Berra fue muy productiva ya que participó en ocho libros llenos de sus llamados
“yoguismos”, como aquel que dejó escapar cuando le comentaron que era poco agraciado "soy feo lo sé, pero no bateo con la cara".
En una ocasión el pitcher de los Yankees recibió un tubey y un
jonrón sobre sus dos primeros lanzamientos y el manager decidió hacer una
temprana visita al montículo y al interrogar a Yogi acerca de cómo sentía que
estaba lanzando el castigado lanzador respondió “no lo sé, aun no le he
recibido un lanzamiento”.
Lawrence Peter Berra era
descendiente de italianos y una vez dijo de su padre Lorenzo Pietro Berra “mi
padre me enseñó todo lo que sé, pero no me enseñó todo lo que sabía”.